Navidaaaad, navidaaaad,......

Pues eso, que prácticamente ya está aquí la navidad.
Oficialmente para mí, el sentimiento navideño empieza el fin de semana en el que elaboramos los dulces de navidad. Y este año, concretamente, dicho acontecimiento ocurrió este sábado.

Es un día intenso. Desde por la mañana temprano, hasta la noche, sin parar de amasar distintos manjares, y sacar llandas y más llandas del horno de leña de mis padres.

Reconozco que somos un poco salvajes, porque hacemos dulces en cantidades industriales. Así estoy hoy, hechica polvo. Tengo agujetas en los brazos, incluso en los abdominales, todo por culpa de los mantecaos (qué jodíos). Pero bueno, lo hacemos con gusto y sobre todo, porque luego vamos llevando degustaciones a todo el mundo. Sobre todo los disfrutan la familia, pero también amigos y compañeros de trabajo. Aviso a estos últimos, que los llevo el día de la lotería, ¡lo prometo!

Para mí, este año, el verdadero milagro de la navidad ha sido, que creo que por primera vez desde que seguimos esta tradición, hemos conseguido no pelearnos en la cocina!!!
Es que imaginaos la estampa, cuatro personas en la cocina, que no es muy grande, y dando todos su opinión sobre si la mezcla está muy compacta o no, sobre si hay que echar la manteca primero o lo último, que si estás haciendo los cordiales muy pequeños, que si necesito una llanda ya y vais muy lentas......., vamos que no nos aburrimos.
Pero este año no sé qué ha pasado exactamente, que nos lo hemos tomado con calma y nos hemos reído más que otra cosa.
Por cierto, ya veis que hablo en plural, y es que los artífices de estos manjares han sido mis padres Paco y Lucía, mi hermana Inma y yo, of course.

Os voy a ir comentando las fotos que publico en esta entrada. Hicimos varias clases de dulces navideños y la imagen inicial es de unos rollos de naranja. También horneamos tortas con la misma masa. Cuando llegué a casa de mis padres, mi madre ya se había currado ella solita la masa, así que todo el mérito de las tortas de naranja es suyo. Por cierto, buenísimas, como siempre.

La siguiente foto, esas estrellitas tan monas, son unos mantecaos. Por cierto, la culpa de mis agujetas, la tienen ellas. En este caso fuimos mi hermana y yo las que este año nos hemos peleado con la manteca para hacer que salgan suaves estos dulcecillos.


A continuación os muestro como se elabora uno de los dulces que más me gusta, los pastelillos. Son muy típicos aquí en Murcia, tienen forma de flor (no veas lo que nos costó encontrar el molde) y se rellenan de cabello de ángel. Si consigues extender la masa fina, haces que el relleno se note más y quedan....ummmm de vicio.





Lo siguiente son los cordiales. Creo que son los reyes. Una masa hecha a base de almendra, huevo y azúcar. Mi hermana tiene buena mano, le quedan casi que parece mazapán. Ahí podéis verla dándoles forma.





Esto con esta pinta tan rara, son los liaos, alfajores o vulgarmente llamados zurullos. Para hacerlos, tostamos un kilo de almendras, y vaya aroma dejan en la cocina. Además llevan chocolate. Son una auténtica bomba, pero es que están tan buenos.....que cómo resistirte. Una vez que se ha reposado la masa, para que pierda humedad, se envuelven en papelillos de colores. Alegran mucho, y yo de lo que me alegro este año es de que no me ha tocado cortar los papelillos. jajajajaja, Inma a ti te tocó, se siente, otros años me ha tocado a mí.


Esta foto corresponde a una receta cartagenera, que un compañero de trabajo consiguió sonsacarle a su madre. Son unos rollos de anís. Desde que los hacemos compiten con los cordiales. Están buenísimos. Gracias Enrique!!!!



Bueno, yo creo que está bien ¿no? Pues por si esto fuera poco, el fin de semana anterior, mis padres hicieron tortas de pascua. De esto no tengo foto, una pena, pero pienso remediarlo muy pronto. Tengo que decir, que este año les han salido ....... cómo decirlo, no hay palabras. Me recuerdan a las de toda la vida. Son bastante laboriosas, pero la verdad que merece la pena. Pondré una foto pronto.
Además en breve publicaré la receta de uno de estos (humildemente) pequeños manjares.

¡¡¡Hasta pronto!!!