domingo, 26 de septiembre de 2010

Humus

Garbanzos. Que cosa más poco glamurosa, ¿verdad? Pero si le añadimos unos cuantos condimentos, y le damos un nombre exótico, la cosa cambia bastante.
Humus, paté de garbanzos, ideal como aperitivo con pan tostado, o palitos de zanahoria y apio. Os aseguro que gusta hasta al más reacio a las legumbres, pero eso sí, si no estás acostumbrado a las comidas especiadas, tal vez su sabor te resulte raro. Yo te digo, abre tu mente, experimenta, prueba este humus y ya verás que no te vas a arrepentir.

¿Y cómo  descubrí yo este manjar? Fue gracias a mi cuñada Jose. Hablábamos sobre alimentación saludable, y me comentaba que utilizaba el humus como sustitutivo de la mayonesa para los sandwiches, por ejemplo, y así nuestra querida Paula (su niña) comía cosas más nutritivas. Y a mí, que me encanta probar todo tipo de comidas, pues me dio por prepararlo. Y cual fue mi sorpresa al descubrir, que tanto a mí, como a Juan Antonio nos encantaba. Así que ahora, de vez en cuando disfrutamos de este aperitivo de lujo.

Una vez que me convertí en toda una maestra en el arte de preparar humus, (se nota que no tengo abuela) , me decidí a comprar un tarro de tahini. Es una especie de pasta hecha de sésamo, y es uno de los ingredientes opcionales de esta receta. Mi consejo es, prueba primero a preparar humus sin tahini, y si ves que te gusta, la próxima vez se lo añades.



Ingredientes:
  • Tarro de garbanzos cocidos, en mi caso usé uno de 200gr
  • 1 diente de ajo
  • 2 cucharadas de tahini (opcional)
  • un pellizco de comino, según el gusto
  • sal y pimienta negra
  • el zumo de medio limón
  • 2 cucharadas de aceite de oliva

Humus

Añadir los garbanzos junto al resto de ingredientes en el recipiente de la batidora, y batir hasta que quede con la consistencia de una crema. Si está demasiado espeso, añadir un poco del caldo del tarro de los garbanzos, hasta conseguir la consistencia deseada.
Al servirlo, decorarlo usando semillas de sésamo, o pimentón molido y un chorrito de aceite de oliva.




Una sugerencia: Rebanada de pan, sobre ella extender un poco de humus, rodaja de tomate y queso fresco.
¡Delicioso!

viernes, 17 de septiembre de 2010

Pipirrana

Qué bueno es conocer gente que te regale manjares gastronómicos. Yo soy una privilegiada, mi abuelo sigue haciendo tomate en conserva en cantidades industriales, y tengo aprovisionamiento por lo menos de aquí a un año.

Este fin de semana vienen a visitarnos unos amigos de Huesca ("hola Teresa y Emilio!!!!") Y como no quiero que se vayan sin probar unas típicas conservas murcianas, les he preparado una auténtica pipirrana, usando el tomate de mi abuelo, y además unas aceitunas cornicabra moradas aliñadas por él también. Mejor imposible!



Es una receta muy sencilla, resultona, y acompañada de un buen pan tostado, es irresistible!
Pues ahí va.

Ingredientes:
  • Tomate en conserva
  • Bacalao
  • Cebolla tierna
  • Ñora
  • Aceitunas del cuquillo
  • Aceite de oliva
  • Sal

Pipirrana

Las cantidades de la receta son orientativas. Siempre lo he hecho a ojo. La idea es que quede jugoso, como para mojar pan. Vamos que la pipirrana es para eso, para mojar pan.

Antes de preparar la ensalada, tostaremos la ñora en el horno. Hay que tener cuidado con esto, porque al ser la ñora un pimiento seco, si nos pasamos, se quemará.

He usado un bote de tomate en conserva de tamaño pequeño. Ponemos el tomate en una fuente y lo trituramos. Si el tomate está blandito, simplemente con machacarlo con el tenedor quedará bien. Le añadimos el bacalao previamente desalado, y desmigado. Esta vez le he puesto unos 75 gramos de bacalao. Troceamos la cebolla, (si es grande, pondremos la mitad) en trozos pequeños y la añadimos a la fuente. Ponemos la ñora tostada en trocitos pequeños, y finalmente añadimos las aceitunas. Las que se utilizan para la pipirrana, son las de cuquillo, pero en mi caso he usado las cornicabra moradas aliñadas de mi abuelo.
Aliñamos con un buen chorro de aceite de oliva y un poco de sal. Sin pasarnos con esta última, ya que el bacalao soltará algo de sal.

Hay una segunda versión de la receta. Pipirrana falsa, que la llamo yo. Esta la hago mucho más a menudo. Es para cuando no sabes qué hacer y has visto el bote de tomate en la despensa, pero no tienes bacalao ni ñora. Pues muy fácil, no le pones ñora, y sustituyes el bacalao por atún. No es lo mismo, pero queda también muy rico

domingo, 5 de septiembre de 2010

Rosquillas de anís


Bueno, pues aquí tenemos la primera receta. ¡Qué ilusión!
Y es que aprovechando que mi madre me regaló unos limones con una pinta buenísima, me he dicho, qué bien aromatizarán estos limones mis rosquillas de anís.

Esta receta es un clásico para mí. La tengo desde hace tanto tiempo, que ya no recuerdo de dónde la saqué. Echaba de menos hacerla (es realmente sencillo), ¡así como probarla! Son deliciosas, tanto para tomarlas como desayuno, como acompañando un café o una onza de chocolate.
 Tal vez os preguntéis, por qué digo que echaba de menos hacerla. Pues bien, porque cuando me mudé, me quedé sin rallador pequeñico, y así no hay forma de hacer ralladura de limón. Pero os informo de que ya he enmendado semejante error, y sin más dilación aquí os presento mis rosquillas de anís.

Ingredientes:
  • 1/2 kilo de harina
  • 2 huevos
  • 2 cucharadas de anís
  • 16 cucharadas de azúcar
  • 6 cucharadas de aceite de oliva
  • 2 cucharadas de agua
  • 2 cucharadas de levadura
  • raspadura de 1 limón
  • aceite para freír y azúcar glasé
Rosquillas de anís

Lo primero es poner la harina en un recipiente haciendo un hueco en el centro. En ese hueco, pondremos los huevos, el azúcar, la raspadura de limón, el agua, la levadura, el aceite de oliva y el anís.
Seguidamente, mezclaremos con cuidado con un tenedor, incorporando poco a poco la harina. En el momento en el que con el tenedor ya nos cueste seguir, será el momento de meter las manos en la masa. Amasamos con las manos hasta obtener una pasta fina y suave.

Llegados a este punto, es el momento de hacer las rosquillas. Con las manos enharinadas, tomaremos porciones pequeñas de masa y les damos la forma de rosquilla, uniendo bien las puntas, para que al freír no se despeguen. En cuanto al tamaño, a mi me gusta hacerlas pequeñas, de bocado, así al freír, quedan doraditas por fuera y bien hechas por dentro.
Ponemos abundante aceite en una sartén y las vamos friendo a fuego no muy fuerte, para evitar que se quemen por fuera y queden crudas por dentro.
Las escurrimos en papel absorbente y las servimos espolvoreadas con azúcar glasé.

Si hacéis las rosquillas pequeñitas, salen bastantes. Para que os hagáis una idea, este plato está hecho con la mitad de las cantidades de la receta que os acabo de dar.
¡Animaos a hacerlas, que están muy ricas!
¡Espero que os gusten!

sábado, 4 de septiembre de 2010

Vacaciones en Suecia

Este verano, nos liamos la manta a la cabeza, que es como decir, de perdidos al río, y nos fuimos de vacaciones a Suecia. Tres albaceteños y una murciana perdidos por tales latitudes, ¡menudo peligro!
Hemos pasado allí unos días estupendos, disfrutando tanto de los paisajes como de la gastronomía.
Era algo que me apetecía mucho. Conocer otro tipo de gastronomía, probarlo todo.

El arenque, que siempre que buscas información sobre Suecia es de lo primero que te nombra, muy rico, en sus distintos aliños.
Del salmón, ni qué decir, ahumado, marinado, a la plancha,......, calidad superior.
Arándanos, fresas silvestres......de una dulzura superior.
Tambien probamos la carne de alce y de reno.

Referente a la carne de reno, no sé si sentirme un poco culpable, porque uno de los expedicionarios no paraba de decir que nos estábamos comiendo a Rudolph!
Bueno, a pesar de este pequeño incidente, os dejo la imagen de este plato que comimos en Jokkmokk.
Reno cocinado a fuego lento con ensalada de patata y lingonberries.