Así que, improvisando un poco, echando la vista atrás y rememorando viejas recetas, encontré en mi desordenado montón de papeles ésta, que Juan Antonio buscó por internet hace siglos, y que preparamos con mucha ilusión cuando él aun vivía en su piso de soltero.
Lo bueno de esta receta es que es fácil, rápida y utiliza ingredientes muy básicos que seguro que todos tenemos en nuestro frigorífico. Así que el único trabajo que nos dio fue acercarnos a la carnicería del barrio a comprar medio conejo.
Me encantan las carnicerías de barrio. La amabilidad con la que te habla el carnicero, te hace sentir como si fueras un vecino de toda la vida. Y qué decir sobre cómo te aconsejan de los mejores cortes de carne para según qué preparaciones. Es impagable.
Carne envasada, para una emergencia o si no hay más remedio, ok. Pero de todas todas, me quedo con mi carnicero.
Ingredientes:
- Un conejo
- Tres zanahorias
- Dos cebollas
- Dos tomates
- Vino blanco
- Un poco de harina
- Sal, pimienta, tomillo, romero
- Aceite de oliva
Lo primero que haremos será salpimentar el conejo, ponerle un poco de tomillo y romero y enharinarlo. En una sartén con un chorro de aceite doraremos el conejo. Partimos las cebollas y las zanahorias en juliana y las pondremos a sofreír en la cacerola con un poco de aceite hasta que la cebolla empiece a ponerse dorada.
Añadimos entonces el conejo a la cacerola, lo cubrimos con vino blanco, dejamos que evapore el alcohol, y mantendremos cociendo a fuego lento durante 20 minutos.
Partimos los tomates en rodajas finas y salpimentamos. Una vez cocido el conejo, añadimos a la cacerola los tomates, un poco más de tomillo y romero y dejaremos cocer otros 10 minutos. Rectificamos de sal si es necesario.
Y listo!!! Comprobaréis que la harina, hace que salsa espese un poco y la deja con una textura estupenda.
Yo suelo acompañar este plato con una guarnición de arroz cocido, que mezclado con la salsa de verduras está buenísimo. En este caso utilicé un arroz integral de Calasparra.
Buen provecho!!!!
Que buena pinta y que sencillo!! Esta es una de esas recetas de toda la vida que no deben de perderse.
ResponderEliminarLa de años que no pruebo un platico de conejo como ese ... como mínimo desde que vivía en Murcia. El domingo que viene voy a ver si encuentro entre las balizas, una buena liebre de Sierra Espuña a la que hincarle el diente.
ResponderEliminarNena, que buena pinta tiene eso.
ResponderEliminarVoto por tu propuesta de las tiendas de barrio y la comida comprada y preparada con sentidiño (palabra llena de significado y que he robado del galego)como tú haces.
ResponderEliminarGracias por regalarnos estas recetas tan apetitosas.
Biquiños pulpeiros